jueves, 9 de marzo de 2017

Literatura Precolombina

Literatura Precolombina.

 Literatura precolombina hace referencia a la producción literaria realizada en el continente americano antes del Siglo XV. Existen pocos vestigios acerca de la literatura precolombina, estos se clasifican en tres grupos:
 Literatura azteca: predominantemente náhuatl o azteca), de la que han quedado algunas obras de carácter cosmológico, religioso o adivinatorio, como el Códex Borgia y Borbonicus.

Literatura inca: con una abundante producción de poesía religiosa, destinada a la recitación y al canto litúrgico, así como largos poemas narrativos. El teatro es otro de los géneros cultivados. Su drama más conocido es Ollantay

Literatura maya: esta literatura tiene una gran relevancia en la literatura precolombina ya que en  esta se encuentra uno de los libros más  importantes de la literatura precolombina, el cual es el popol vuh  un libro en el en que se explica el mito quiché del origen del mundo y la historia de los soberanos mayas.

El Popol Vuh, fue descubierto a principios del siglo XVIII por el religioso dominico español Francisco Jiménez. Contiene las ideas y las tradiciones de este pueblo, la historia de sus orígenes y la cronología de sus reyes, hasta el año 1550. El Popol Vuh está compuesto por cuatro partes que cuentan la creación del Universo y del hombre, la historia, las tradiciones y la cronología de los reyes quichés hasta 1550. 


Como no tuvieron contactos con la civilización europea, los mayas quichés crearon una explicación del nacimiento del mundo muy parecida a la que en el cristianismo proporciona el libro del Génesis.              
Según el Popol Vuh, el mundo era nada hasta que los dioses, el Gran Padre (creador) y la Gran Madre (creadora de formas) decidieron generar la vida. La intención de los dos era ser adorados por sus propias creaciones. Primero crearon la Tierra, después los animales y, luego, los hombres. Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran Padre decidió sacarlos de la madera. Pero, los nuevos hombres eran altivos, vanidosos y frívolos, entonces el Gran Padre los aniquiló por medio de un diluvio. Por este suceso, los dioses no desistieron y, en una última tentativa, crearon a los hombres a partir de granos de maíz molidos y, de los cuerpos de aquellos, a cuatro mujeres. Una vez formadas otras tantas familias, los dioses, temerosos de que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en sabiduría, disminuyeron la vista e inteligencia de los ocho. El Popol Vuh también relata las aventuras de dos hermanos gemelos, Hunahpú e Ixbalanqué, vencedores de las fuerzas malignas e hijos de una de aquellas mujeres que, pese a su virginidad, los concibió de manera milagrosa. 


Función religiosa de la literatura precolombina.

La Religión tenía la función de ser una herramienta para educar a la población sobre las costumbres y actitudes que debían de adoptar.
Una -triste- realidad común a estas tres literaturas que acabamos de mencionar es el escaso número de testimonios que conservamos. Si bien aztecas, mayas e incas fueron pueblos profundamente desarrollados y avanzados en su relación con las artes y las ciencias, no tuvieron por costumbre fijar por escrito su producción literaria. Ésta se basaba fundamentalmente en la tradición oral, y por este medio se transmitía y conservaba. Sólo algunas obras muy particulares se grababan en algún soporte escrito.
Es bien sabida la discriminación  humana y material que sufrieron estos pueblos con la llegada de los españoles. La conquista destruyó sus culturas y muy pocos retos se conservaron. Lamentablemente, la literatura fue uno de los ámbitos más perjudicados, y sólo gracias a la labor de algunos cronistas, que tradujeron ciertas obras y las fijaron al alfabeto latino, se pudieron conservar algunos ejemplos de su literatura, si bien, probablemente, no de la forma en que fueron creados.
Por medio de esos ejemplos, sabemos que se trataba en su mayor parte de una literatura poética, que versificaba casi todos los géneros. Sabemos que su temática iba casi siempre relacionada con los dioses, bien en forma de himnos o alabanzas, bien en forma de descripción e instrucciones para rituales y conmemoraciones religiosas. Por otra parte, sabemos también que existía una literatura que hoy, amén de las lógicas reservas, podemos asimilar al ensayo: había obras, en efecto, que trataban de ciencias, astronomía y filosofía. Incas
El Inca era considerado descendiente directo del sol (e hijo supremo): ejercía la máxima autoridad religiosa.

Dividían sus creencias en dos estratos religiosos:
Culto a las fuerzas naturales y Culto aristocrático (que incluía la enseñanza y práctica de doctrinas secretas desde el sacerdocio).
Dios supremo: Viracocha o Pachacamac.
Deidades naturales: Inti (el sol), Quilla (la luna), Tierra Madre y Vira (el agua).
Creían en la reencarnación y en los Huacas (seres capaces de transformarse total o parcialmente en otros).
Practicaban la adivinación y rendían culto a los muertos.
Mayas
Religión naturista o dualista.
A la religión maya se debe la escritura de dos libros considerados obras cumbres de la literatura precolombina:
El Popol – Vuh, escrito en el Siglo XVI, y el Chilám Balám, colección de veinte manuscritos que narran el origen oriental del maya y su llegada a la península por mar.
Se servían de prácticas esotéricas sacerdotales para dominar al pueblo.
Aztecas
Su dios supremo era Quetzalcoatl. Eran básicamente politeístas: adoraban al sol, la luna y un dios civilizador.

Realizaban sacrificios humanos como ofrenda a sus dioses y practicaban cultos destinados a producir las lluvias.                 Su calendario influía en la vida cotidiana y creencia religiosa.


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